Celebración del Jubileo en el 50 aniversario del Centro Internacional del Diaconado
CID). Se congregaron para esta celebración 574 personas, diáconos, esposas, presbíteros y obispos, de 35 países del mundo. La mayoría de ellos se alojaron en Fraterna Domus, en las afueras de Roma.
Los días 21 a 25 de octubre de 2015 se celebró, en Roma y Asís, el Jubileo por el 50 aniversario del Centro Internacional del Diaconado (En el Jubileo hubo distintos actos de celebración, reflexión, plegaria, testimonio y peregrinaje. Hay que destacar las Eucaristías celebradas en Fraterna Domus, en la Basílica de San Lorenzo y en la Basílica de San Francisco en Asís; la Eucaristía que se celebró al inicio del Jubileo estuvo presidida por el Cardenal Stella, Prefecto de la Congregación para el Clero en la Santa Sede. Debido a la anulación de la Audiencia con el Papa Francisco, éste envió un mensaje de saludo, con la bendición apostólica, a los participantes en el Jubileo.
CID; se comentó la diaconía de la Iglesia; se presentó la realidad diaconal en distintos lugares del mundo; se hicieron propuestas de cómo la Iglesia ha de ser más misericordiosa y diaconal, en salida. Después de las ponencias que trataron estos temas, los participantes en el Jubileo formaron grupos, según criterios lingüísticos, para debatir sobre ello y formular preguntas sobre la Iglesia y el diaconado del futuro.
El lema del Jubileo era “El Diaconado: pasado, presente, futuro”; muchas de las presentaciones respondieron a los distintos aspectos del enunciado. Se habló de la historia de la renovación del diaconado como grado permanente y de la historia delEn distintos momentos fueron presentados testimonios de parejas diaconales sobre la vocación y el ministerio diaconal del esposo. Hermosos testimonios de la labor diaconal fueron también los que presentaron los diáconos que recibieron el primer Premio Pro Diaconía, otorgado por el obispo de Rottenburg-Stuttgart, Monseñor Gebhard Fürst, Protector del CID.
La figura de San Francisco de Asís estuvo muy presente en el Jubileo; también las de San Esteban y San Lorenzo, como ejemplos diaconales a seguir.
No faltaron en el Jubileo momentos de alegría compartida, en las comidas, en los cantos, en los tiempos libres, en los desplazamientos y en la fiesta final.
La celebración del Jubileo ha supuesto crear y afianzar la fraternidad entre los participantes, dar gracias a Dios por el camino recorrido en la restauración del diaconado permanente en la Iglesia y pedirle al Señor la gracia y la fuerza de su Espíritu para continuar, en el CID y en la Iglesia entera, la tarea diaconal que Cristo nos ha confiado, siendo testimonios de su Amor en el mundo.
Montserrat Martinez, November 2015