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La diaconía es nuestra misión

Audiencia papal alentadora para los delegados del CID

Fue con alegría que el Papa Francisco dio la bienvenida, el sábado, 4 de junio, a una delegación del CID integrada por personas de 19 países de todos los continentes, con motivo del 50 aniversario del Centro. Los 32 delegados fueron acompañados por el Protector del CID, el Obispo de Rottenburg, Gebhard Fürst.

El Obispo Dr. Gebhard Fürst, Protector del CID El Obispo Dr. Gebhard Fürst, Protector del CID El Papa da un valioso y alentador de una Iglesia diaconal, lo que también proporciona al diaconado una nueva fuerza, dijo el Obispo Fürst en su alocución. Una Iglesia misionera que debe estar siempre presente en aquellos lugares donde más falta hacen la luz y la vida del Resucitado, es también la fuerza impulsora para el servicio de muchos diáconos en todo el mundo. El Protector subrayó además la importancia fundamental que tiene para la Iglesia la vinculación entre el sacramento del Matrimonio y la Ordenación diaconal. La mayoría de los diáconos son casados y, según el Obispo Fürst, “intentan vivir las exigencias de Jesús, contando con su apoyo, en la doble sacramentalidad, para los necesitados, los marginados, para los que sufren y para los que buscan”. Encontrarán su alocución aquí!

“¡La diaconía es nuestra misión!” El diácono Klaus Kießling aseguró al Papa Francisco la constante fidelidad a la misión diaconal. El Presidente del CID transmitió el siguiente mensaje:

¡Santo Padre! Le agradezco-y le agradecemos todos-la oportunidad que nos ha brindado de encontrarle hoy. Al mismo tiempo doy las gracias al nuestro Protector y a todos aquellos que nos abrieron la vía hacía este momento y también a aquellos que ahora están muy lejos pero espiritualmente muy cerca de nosotros.

Bild vergrößern Nuestro grupo le muestra algunas características del Centro Internacional del Diaconado: Diáconos permanentes venidos de todos los continentes, algunos de ellos acompañados por sus esposas; representantes de nuestras Iglesias hermanas, con los cuales mantenemos lazos ecuménicos muy estrechos; y en general hombres y mujeres, incluso hermanos sacerdotes y obispos, que están involucrados en los asuntos relativos al diaconado permanente y a su desarrollo independiente, por ejemplo en el CELAM.

Los diáconos nos enfrentamos mundialmente con retos pastorales muy diferentes. En nuestros países tenemos tradiciones distintas del diaconado-cuya antigüedad también varía de un país a otro- en cada contexto el diaconado tiene un rostro y una espiritualidad propias. Pero son precisamente estas diferencias y esta variedad que convierten el Centro Internacional del Diaconado en un lugar de aprendizaje inspirador para toda la Iglesia y en una red creadora de puentes; particularmente mediante nuestras Conferencias de Estudios que organizamos cada cuatro años, desde 1965; también mediante nuestra revista trilingüe Diaconia Christi y finalmente gracias a nuestra colaboración en la investigación teológica a nivel internacional sobre las fuentes de la diaconía y del diaconado- respetando la dignidad de este grado de la jerarquía, la dignidad de los hombres ordenados y respetando también la dignidad de todas las mujeres, sobre todo de aquellas que tengan consultas sobre la admisión a este grado de la jerarquía.

Como diácono me considero un embajador de Jesucristo, un embajador de nuestro Dios hecho hombre, el cual muestra su solidaridad hasta la muerte y más allá. Creo que es mediante la Encarnación de Dios que se inicia también nuestra plena realización como seres humanos. Como embajadores de Jesucristo, somos llamados a acompañar, en solidaridad, en el mundo entero, a las otras personas en el camino de la realización de su humanidad.

La diaconía es nuestra misión-y la de toda la Iglesia. Le prometimos de corazón que permaneceremos fieles a nuestra misión diaconal-en la medida de lo posible y, con la fuerza que nos da el Cielo, también más allá de ello. En este contexto, una pregunta nos lleva ocupando; y me atrevo a planteársela, porque Usted mismo está animado por la visión de una Iglesia Universal diaconal: ¿Cuál es el lugar que nos asigna en ella a nosotros, los diáconos permanentes?

Tras mi primer curso de español quisiera concluir con estas palabras: Santo Padre, le damos las gracias de corazón, oramos por Usted y le deseamos que Dios le siga colmando de bendiciones.


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Obispo Dr. Gebhard Fürst Alocución con motivo de la Audiencia concedida al Centro Internacional del Diaconado por el Papa Francisco Vaticano, 4 de junio 2016 (docx/13 KB)


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